«Y como no sabía que era imposible… lo hizo»

Camino… camino segura, con paso firme, mirando hacia adelante, sin miedos ni excusas… Camino rápido, porque la vida está para comérsela, y el tiempo corre y vuela, sin tropiezos ni letargos, sin contemplación alguna. Camino por el mundo tanto como me lo permite mi ajetreado ritmo de vida. Quien me conoce bien, o incluso tan solo de pasada, sabe que quedarme quieta no va conmigo. Por eso me encanta caminar por la vida sin pausa, pero sin prisa, disfrutando del cine, de la cultura, de mi gente, de mis letras, de vuestras historias -que también son las mías- y de todas aquellas pequeñas cosas que me acompañan cada día.

Por eso mi blog, aunque en 2008 todavía no lo sabía, se llama ‘Pequeñas historias del mundo real’. A veces siento que, cuando lo creé, elegí este nombre porque en un mundo tan competitivo y voraz como este, en el que todos teníamos que ser los mejores en algo -en todo, siempre- y yo no destacaba en absolutamente nada en la vida-; supongo que sentía que eran éstas las únicas historias a las que una persona como yo llegaría. Claro que yo también soñaba lejos, tal vez demasiado alto, y seguramente más fuerte de lo que debía; pero lo hacía en casa, en mi barrio, en mi pueblo, en las montañas del Pirineo, en las callejuelas del casco histórico de Teruel o en el desierto de Monegros. Lo hacía a la vuelta de la esquina. Y así, casi por accidente, me enamoré de éstas pequeñas cosas, porque son estas, las historias invisibles, las que pasan inadvertidas… las que me fascinan.

Aquellos que me conocen saben que el nombre me viene como anillo al dedo, aunque no, eso tampoco fue algo premeditado -Aquí os cuento por qué al final no me llamé Teresa-. Porque camino tanto como puedo… porque de momento, sentarme y hacerme a un lado no entra en mis planes, y porque hace mucho descubrí que nada ni nadie podía decidir mi ruta, porque es mía, y la decidiré sobre la marcha, día a día. Lo único que sé a ciencia cierta es que quiero vivirlo todo desde la primera fila. Así que, si os parece… voy, lo veo y luego, si eso, os cuento cómo ha sido.

Qué, ¿os sumáis a mi aventura?

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