Pasear esta mañana por la zona de Parque Venecia, una de las más afectadas por la tormenta que tuvo lugar ayer por la tarde en la capital aragonesa, era de lo más impactante. Aunque permanecía cortada desde primera hora de la mañana -algunos operarios de limpieza explicaban que habían comenzado sus labores en torno a las 7.00-, algunos vecinos y curiosos decidían acercarse a comprobar por sí mismos los estragos de la tormenta que este jueves transformaba la ciudad en un auténtico caos.
«Era como vivir una película de ciencia ficción. Era como una cortina a través de la que no se veía absolutamente nada», aseguraba Ivana Kañová, vecina de La Paz que afortunadamente vivió todo desde su casa. «Hubo un momento en el que veíamos cómo el agua se llevaba coches y caravanas, me daban ganas de llorar», añade, todavía consternada.

Y eso que, en sus propias palabras, ayer fue un día de suerte para ella. «Me quedé en casa de milagro, porque pensaba ir a Puerto Venecia de compras», reconoce. Cuando comenzó a escuchar los ruidos ocasionados por el granizo y se asomó por la ventana, se quedó completamente anonadada. «Menos mal que pudimos evitar que se nos inundara le garaje, porque esta zona suele estar bastante abandonada», critica.

Otros vecinos de la zona no resultaban tan afortunados, como Javier Suñé, que en torno a las 14.00 horas del viernes volvía corriendo hasta el lugar donde la riada había arrastrado su coche la pasada noche. «Estábamos achicando agua en el portal cuando, de repente, un torrente de agua comenzó a llevarse coches, contenedores… Un vehículo se dio la vuelta y se quedó varado, se rompió uno de los muros del colegio… fue una auténtica pasada. La avenida se convirtió en un río«, rememora, todavía consternado.

En los alrededores de la avenida, coches completamente destrozados, capós abiertos, contenedores volcados. Y todo, afirma, ocurrió en cuestión de minutos. «Era una sensación de impotencia. En esos momentos no puedes hacer nada hasta esperar a que se pase», relata. Además, en su edificio seguían sin luz desde las 19.00 horas de jueves. «Estamos tirando de un generador que han colocado», añade. Ahora toca esperar a ver quién se hace cargo de los daños producidos.
Quique Castrillo, otro vecino de la zona, volvía a casa a la hora de comer. En su caso, por fortuna, no tuvo que lamentar daños. «Recuerdo que me acerqué a cerrar las ventanas para que no entrase agua, y de repente vi lo que estaba pasando en la calle». El agua alcanzó varias calles alrededor de esta manzana de edificios. «Era impresionante, parecía un barranco del Pirineo, algo que parece que nunca vas a ver y de buenas a primeras te lo encuentras en tu barrio. Es como si hubiera pasado un tsunami», reconocía, al tiempo que ponía en valor el trabajo de los operarios.













Debe estar conectado para enviar un comentario.