Y una vez más…

Siempre y todo una vez más. Todo y nada pueden ser lo mismo en tan solo un instante, porque todo cambia y se hace nada, o nada cambia pero de la noche a la mañana lo puede ser todo. Siempre la rutina que te envuelve, te abruma, te agobia, te encoge. ¿Más?, sí, mucho más. Hasta que no puedas ya, hasta que te hartes, hasta que grites ¡BASTA! y de repente… se acabó la rutina. Lo has hecho. Has estallado…

¿Has estallado?

¿Sorprendida? No, tal vez asustada. Pero ¿Qué prefieres? Ni siquiera tú lo sabes. Es tan complicado. Nadie lo entiende, pero ¿Qué importa ya? Has salido del bucle. Ya sólo queda mirar hacia adelante. Plántate, reivindícate, hay demasiada gente que calla. Siempre fuiste la pequeña princesa arropada por el aire. No había problemas o al menos eso te hacían creer. Pero ¿Cómo creer en algo irreal? No se puede, no se debe, siempre hay algo por lo que llorar, por más que te pese. 

Fuimos los mas fuertes, los más grandes, los más pequeñis… Lo éramos todo y nos creíamos invencibles. ¿O era yo? Tal vez sí. Tal vez fue mi mente una vez más, siempre lo ha sido, siempre lo he hecho. Fue ella la que dibujó un país a parte, con los colores más bonitos del mundo. Van pasando las cosas, van creciendo y camuflándose, al final las ignoras pero no se han ido. Ahí están y estarán siempre, esperando, al acecho, para volver cuando menos te lo esperes. Por la espalda, de cuclillas…Y parece que de nuevo no ha sido nada, pero si lo ha sido… pero se pasa…y ¿Luego? simplemente pasará… una vez más.