Ayer fue la noche del cine español. Una noche que, como cada año, ofrece imágenes de lo más dispares entre quienes dicen ser lo que son y quienes dicen lo que creen que deben. Me explico. Hace tiempo que el discurso feminista merodea sobre nuestras cabezas. Igualdad, ‘No es No’, ‘Más mujeres’, acabar con las agresiones machistas, fuera los techos de cristal… gritos que, a priori, todo el mundo entiende y respeta. Sin embargo, siguen escuchándose los de aquellos que, de manera incomprensible, rechazan un cambio que necesitamos, como sociedad y como mundo.
Si repasamos por encima las principales cabeceras de varios medios de comunicación, los titulares hablan no solo de la alfombra roja, que también, sino de una realidad innegable y es que fue una noche de cine en clave de mujer. Isabel Coixet se hizo con los tres premios más importantes de la velada: mejor película, mejor directora y mejor guión. La directora se convirtió en una de las grandes triunfadoras de la noche junto al largometraje ‘Handia’ que logró 10 premios en una gala marcada por las constantes reivindicaciones en pro de la igualdad con discursos en los que se reclamaron más papeles femeninos en las películas, la equiparación salarial, más visibilidad y puestos más importantes en la industria.
Sin embargo, siguen resultando alarmantes según que datos como que del total de nominados de la velada, 30 eran mujeres y 83 hombres. Del mismo modo, podemos profundizar un poco más en la velada, que comenzaba con una imponente alfombra roja, la de siempre, y la tradicional y demandada carrera por ver quién llevará el peor y mejor vestido de la noche -porque no nos engañemos, lo de la belleza sigue siendo cosa de chicas-.
Durante el tiempo que permanecimos en casa, viendo la tele, la tónica fue la siguiente: mujeres recorridas en plano corto de arriba a abajo para apreciar cada detalle de su vestido -en ocasiones, como fue el caso de Úrsula Corberó, la entrevista versó sobre su modelito, maquillaje y peinado, así como el tiempo que le llevó ponerse así de guapa- mientras que otros como Javier Gutiérrez se centraban en su prolija carrera y en los premios cosechados en un, sin duda, buen año para el actor. ¿Por qué? ¿Tan difícil resulta entender que es la noche del CINE español? no la noche de la moda, no la noche de cuánto rato te ha costado ponerte así de guapa. ¿De verdad no había otras preguntas que hacer?
También hablamos de una gala que, por supuesto, dejó numerosas anécdotas entre las que destacan algunas como la entrega del Goya a la joven Carla Simón en la categoría de Mejor Directora Novel por ‘Verano 1993′. Un galardón que recibía de la mano del tándem imparable formado por la actriz Leticia Dolera y la directora de cine aragonesa Paula Ortiz, ambas consideradas iconos reivindicativos de nuestro país que recordaron que «Nosotras somos la mitad del mundo»… «Y la mitad de la imaginación». Bravísimas ambas.
Sin duda, otro de los momentos más aclamados de la noche fue el ‘Zasca’ de Dolera al presentador, Joaquín Reyes, cuando se le acercó para hacerle una broma -o un intento-, a lo que ella le respondió: «Os está quedando una gala muy buena, un campo de nabos feminista precioso».
Para terminar, algo inadvertida, lamentablemente, pasó la campaña promovida por CIMA, la asociación formada por más de 300 mujeres profesionales del medio audiovisual, representantes de los distintos departamentos creativos o técnicos, quienes repartieron abanicos en color rojo con el lema ‘Más Mujeres’, al que, a mi juicio, no se le dio todo el apoyo que podría.
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