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¿Sabes esas situaciones en las que no puedes hacer absolutamente nada por cambiarlas? Sí, esas en las que lo máximo que puedes hacer es quedarte mirando como se te escapa todo de las manos, y más y más… Son esas en las que se te pone como un dolor en el pecho, como un pinchazo… y por más que intentas pensar en cosas buenas o buscarle el lado positivo, éste no existe. También son esas por las cuales te acabas volviendo loco, andas por ahí, desquiciado, incómodo y amargado…. Todo el mundo es un incordio. Yo por lo menos me acabaría pegando con todo el mundo.

Son situaciones desagradables, agobiantes, realmente son asquerosas. Realmente no merecen la pena.

A mí… a mí me da miedo. Me da miedo todo aquello que se me escapa de las manos. Por eso es posible que todavía lo lleve peor que el resto de la gente. Pero como todo en esta vida, tiene algo positivo, aunque cueste ver las cosas buenas. Siempre aprendes una valiosa lección, así es la vida. Además siempre se superan los problemas. El único problema sin solución es la muerte, o eso dicen. En éstas situaciones es cierto que sacas lo peor de ti, lo que ni tú mismo imaginabas. Pero son éstas, las que sin duda te demuestran quiénes están contigo de verdad. Son esas situaciones en las que nadie te arrancaría una sonrisa ni con una poción mágica, ni con mil máquinas de cosquillas, pero te acabas riendo. Esas situaciones en las que estás insoportable, sí, pero alguien te soporta. Esas situaciones en las que no quieres ver a nadie, ni hacer nada, pero nunca estás sola. Esas situaciones, en las que puedes dar un paseo desde las 6 de la tarde hasta las 10 de la noche y en las que te evades, incluso te habrías quedado toda la vida. Y siempre, en estas asquerosas e insoportables situaciones acabamos atacando a quien menos lo merece.

A mi entorno, a vosotros, a ti… Lo siento.

Todo cambia…

Cómo cambia la vida… cómo cambia la gente… cómo cambian las cosas… 

Y cuántas veces sin que tú, pintes absolutamente nada. 

Eso sí, como decía Jorge Drexler en su canción «todo se transforma», las cosas nunca se pierden, pues siempre quedan ahí, y no tienen que hacerlo de manera física. Muchas veces un recuerdo, una imagen, una canción o un lugar… pueden tener muchísimo más contenido que cualquier objeto o recuerdo físico que se guarde. «Por qué cada uno da, lo que recibe, y luego recibe todo lo que da. Nada es más simple, no hay otra norma; nada se pierde, todo se transforma».

Tú, yo. Yo, tú.

Aquí nadie dice nada, pero todo el mundo opina –Tú, yo. Yo, tú- aquí nadie quiere nada pero todo el mundo envidia… Siempre las mismas historias con sus mismas tonterías. Egoísta, egoístas

Aquí nadie grita nada pero todo el mundo escucha. Todos somos importantes, no. Todos somos los más importantes. Sobre todo tú. Sobre todo vosotros -Tú, yo. Yo, tú- Tú más, yo antes, tú peor, yo delante. Qué más da joder, intolerantes. ¿Os creéis muy relevantes? Sólo sois unos farsantes, una fachada de lo de antes, de lo de entonces, de lo que nunca volverá … porque quizás ya no seamos los que fuimos, y nos quedamos atascados en una imagen, en un suspiro, en un instante.

Yo también estoy atascada, pero aguanto por que vivir, convivir y sobrevivir es cosa de todos, y no de uno. 

Me escapé un momento, pero te fuiste y contigo toda mi calma. Me escapé contigo, pero no te veo y ahora  -Tú, yo. Yo, tú- sólo me quiero escapar. Contigo, del todo, para todo. Qué ya no vuelvo, que ya me da igual. Que se acabó la paciencia y el esperar. Que nadie ve nada, que nadie hace nada, que  todo da igual. 

Siempre huyendo de una cosa que no se va, siempre aguantándolo todo porque total, que más da. Porque todos sois más importantes que los demás, porque todos podéis – y debéis- hacer daño sin pensar. Vamos, joderos, odiaros, haceros la vida imposible. Y luego cuando se acabe, cuando estéis muertos -o lo estén los otros- llorad todos. Parece que lo mejor es vivir arrepentidos.

SOIS PATÉTICOS

Bueno vale, me espero. Habrá que aguantar…

Manifiesto REFORMA DE FILOSOFÍA Y LETRAS, 2 de noviembre de 2011

Estamos hoy concentrados aquí para alzar nuestra voz una vez más, pues parece que no nos escuchan ni en el Rectorado ni en el Gobierno de Aragón.

El edificio donde estudiamos, trabajamos, donde pasamos largas horas, la Facultad de Filosofía y Letras, se encuentra en un estado lamentable. El día a día se describe con frío o calor en clases y despachos, con falta de aulas, con goteras, con falta de medios… Y además, ocurre cada cierto tiempo que un techo se desploma en esta clase o aquél despacho. Y eso ocurre porque esta Facultad es un edificio cuya construcción finalizó en 1941 y desde entonces no ha sufrido ninguna reforma integral, tan solo añadidos chapuceros como la cuarta planta o el Pabellón de Filología o parches que solo ocultan grietas o se caen, como el techo del Aula VII Inf, el cual se derrumbó el pasado martes 25 de octubre, cuando minutos antes se encontraban varias personas dando clase allí. Podría haber ocurrido algo grave. Parece que hasta que de verdad no ocurra algún accidente grave no van a poner solución.

El proyecto de reforma de Filosofía y Letras es una reivindicación que se remonta muy atrás en el tiempo, desde hace 8 años está aprobado un proyecto de reforma integral que no se ha llevado a cabo. Basta ya de tomaduras de pelo, basta ya de promesas, queremos obras.

El Rectorado ha sido un mal gestor, la DGA no ha financiado suficientemente a la Universidad, y ambos han sido y son unos irresponsables.

Y aquí, la viñeta que nos han dedicado en el Heraldo de Aragón. Parece que lo estamos haciendo bien ¿no?

El techo se nos cae encima ¿a qué están esperando?
REFORMA DE FILOSOFÍA Y LETRAS ¡YA!